Programa de Modificación de Conducta

Para niños muy pequeños suelo decirles que sólo hay una norma que recordar: Deben hacer caso a las indicaciones de la maestra, que en todo momento les va a ir diciendo qué cosas se pueden hacer y qué cosas no.
De todos modos, es interesante y conveniente, tener una sesión con todo el grupo, donde se acuerden las normas de comportamiento y donde se explique y acuerde entre todos cuáles van a ser esas. Normalmente, se hacen basándose en conductas que favorezcan la convivencia, el buen clima, el respeto y el compañerismo.
Una relación de normas, podría ser la siguiente:

1. Respetar al profesor.
2. Respetar a mis compañeros.
3. Guardar silencio.
4. Prestar atención.
5. Hacer los deberes.
6. Traer todo el material.
7. Mantener una postura correcta.
8. Ayudar a mis compañeros.
9. No utilizar palabras groseras.
10. Tener educación.

Actuación:

Estas normas se comentarán durante el mes de Septiembre con los alumnos para recordarlas.

Se explicarán a los padres cuáles son las normas de comportamiento y las consecuencias de su incumplimiento.

A la hora de vigilar y corregir el comportamiento de los alumnos, partiremos de la base de que los alumnos están aprendiendo y que una parte importantísima de este proceso es la consideración del error como un instrumento de ayuda al aprendizaje. Por ello, hemos de ser conscientes de que se equivocarán. Así, cuando muestren un mal comportamiento consideraremos que es debido a que no tienen adquirido un buen comportamiento.

Lejos de regañarles y sermonearles, les dejaremos claro que a ellos los queremos pero lo que no nos ha gustado ha sido su comportamiento equivocado; que nosotros le mostraremos la conducta adecuada para que sepan cómo se han de comportar.

A los alumnos se les mostrará la conducta correcta inmediatamente después de llamarle la atención, mediante escenificación, si es necesario.

Si el alumno persiste en su mala conducta, entonces procederemos a las sanciones, con mucho cariño, pero con firmeza. Permitiéndole reflexionar durante el transcurso de la misma.

Consecuencias para un alumno que tiene un mal comportamiento:

Se le recuerda la norma que no ha cumplido, se le dice cómo debe actuar y se le pone una falta. Las faltas desaparecen en cada sesión, donde se vuelve a empezar.

Cuando acumula tres faltas en la misma sesión, se le sanciona, quedándose sin medio recreo y comunicando a los padres la conducta incorrecta.

Durante el tiempo de recreo permanecerá junto a la maestra que le impone la sanción, donde ella se encuentre. Puede comerse el bocadillo, e incluso hablar con otros compañeros que estén sancionados. Puede leer, hacer deberes o dibujar. No puede salir libremente al patio. Una vez transcurrido el tiempo, se puede ir.

Cuando un alumno vuelve a tener una sanción, serán 15 minutos más que la primera vez, y le haremos saber que eso es debido a que todavía no ha aprendido el comportamiento correcto. Por lo tanto, en la segunda sanción, será un recreo completo, menos los 5 últimos minutos que se le deja salir al patio para que pueda relajarse.

 Si llega a la tercera sanción, será un recreo y medio, y así sucesivamente.

Al empezar un nuevo trimestre, todos los alumnos empiezan con cero sanciones.

La experiencia personal ha sido que los niños han ido comprendiendo que deben ser capaces de gestionar su conducta y que hay ciertos comportamientos que no son adecuados. Siempre se han sentido queridos y valorados, y que de lo que se trataba era de ayudarles a aprender una nueva manera de comportarse.

Ha habido casos de niños que, al principio de poner en marcha el Plan de Modificación de Conducta, se han mostrado rebeldes y retadores; pero, mediante la aplicación sistemática, cariñosa y firme de la misma, han comprendido que su mejor opción era controlar su comportamiento y han mejorado mucho en su conducta. Algunos han recaído, pero nunca con tanta fuerza ni tantas veces como al principio.

Descargar el Plan de Modificación de Conducta en PDF